lunes, 1 de febrero de 2016

Atardecer en Aljaraque


La tarde más se oscurece;
y el camino que serpea
y débilmente blanquea
se enturbia y desaparece.

Mi cantar vuelve a plañir:
“Aguda espina dorada,
quién te pudiera sentir
en el corazón clavada”. 

                                     Antonio Machado 

Dedicado a mi tía María del Mar Muriel

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